ING se ha librado, hasta ahora, de pagar el impuesto extraordinario a la banca, pero si el Gobierno decide actualizarlo -doble contra sencillo a que lo hace- lo más probable es que tenga que abonarlo. El consejero delegado de la entidad, Ignacio Juliá, no respalda la tasa, como se pueden imaginar. “No creemos que el impuesto a la banca sea el instrumento para facilitar el crecimiento de la economía”, afirmó Juliá este martes durante un encuentro con la prensa para presentar el informe ’25 años de disrupción hacia una nueva banca’, elaborado por Esade. El CEO de ING le ha pedido al Gobierno “que no sea permanente, sino que desapareciera”.

El directivo recordó que uno de los signos de identidad del banco, desde que aterrizó en España en 1999 ha sido la remuneración al ahorro y que los intereses de la Cuenta Naranja han aumentado hastas seis veces desde que el BCE comenzó a subir los tipos de interés. Hablamos de una remuneración del 1% para todos los clientes desde el primer euro, y del 1,5% para los que tienen domiciliada la nómina. No es mucho, pero menos da una piedra y más daño hace.

Sea como fuere, Juliá insistió en que seguirán remunerando el ahorro, también cuando el BCE comience a bajar los tipos de interés, probablemente a partir del verano. “Nos iremos adaptando al entorno y al contexto como siempre, pero remunerar el ahorro es nuestra estrategia”, señaló.

ING cumple 25 años en España como la quinta entidad por número de cuentas, con 4,2 millones de clientes y 1.700 empleados. Desde 1999 ha concedido más de 300.000 hipotecas y ha remunerado 4.785 millones de euros en ahorro. En 2023 abonó 206 millones en impuestos.