La holandesa Zemtex Medical ha decidido cambiar el modelo de distribución de preservativos. Frente a la farmacia, esta reciente compañía formada por tres jóvenes emprendedores holandeses ha decidido utilizar los canales alternativos de los quioscos y las gasolineras, más cercanos y directos para el público juvenil y adolescente, señalan.

Por supuesto, la iniciativa ha gozado del apoyo de las autoridades sanitarias. La ministra de Sanidad, Elena Salgado, reconoce que el aborto debe de ser la última opción para la mujer embarazada. ¿Y la primera?, le preguntamos. El preservativo, responde con firmeza. Una ventana de oportunidad para espabilados como los tres jóvenes de Zemtex que pretenden vender que ellos no venden seguridad y protección, sino placer. Donde están nuestros preservativos, está la fiesta; somos los condones de la gente, señalan en su página web. Muy creativos.

Sobre todo muy lucrativos. Porque vender a dos euros el pack de tres condones es un señor negocio. E inventarse el canal de las gasolineras y los quioscos tampoco es que sea el descubrimiento de América. Ambos canales han sido utilizados en varias ocasiones por las diferentes marcas de profilácticos. La diferencia ahora es que el gobierno Zapatero apoya con frenesí el proceso de anticoncepción de la juventud española.

No seremos los únicos colonizados por los profilácticos holandeses, porque la compañía anuncia su intención de extenderse en Italia, Francia, Gran Bretaña, Alemania, países del Este, las dos Américas y Asia. Vamos, que se quieren comer el mundo aprovechando la ola antinatalista que rige el mundo, con un producto único y un discurso sencillo : ofrecemos seguridad, fiesta y placer.

Que unos chavales quieran hacer el agosto es normal. Que todo un gobierno les rinda pleitesía ya no es tan corriente. Porque, paradojas de la vida, resulta que el tabaco ha sido retirado de los quioscos y de las gasolineras por dañar seriamente la salud, pero sin embargo, las autoridades sanitarias aplauden la distribución profiláctica de los preservativos.

El mismo ministerio de Sanidad reconoce en su página web que el preservativo falla en un 20% de los casos en la prevención del SIDA. Lo mismo ocurre con el resto de enfermedades de transmisión sexual. Además, la experiencia práctica nos informa que, cuanto más se promocionan los métodos anticonceptivos, más crece la promiscuidad, más se adelantan las relaciones sexuales, más embarazos no planificados y más abortos. ¿Por qué volver a cometer los mismos errores? ¿Por qué no intentar otra fórmula? ¿Por qué no intentar formar en el amor y en la sexualidad dentro de un entorno estable?