Sr. Director:
Tras la decisión del Tribunal Constitucional que afirma que el mal llamado matrimonio entre personas del mismo sexo es conforme a la Constitución, pienso que, y por eso precisamente, hay que recordar que no todo lo que es legal es legítimo moralmente.

Un matrimonio entre personas del mismo sexo nunca será matrimonio. Las leyes no cambian los valores innegociables y la diferencia sexual entre los contrayentes del matrimonio lo es.

Esa diferencia es la que hace posible la complementariedad sexual, camino para una felicidad plena, así como la estabilidad para la transmisión de la vida y para la educación de los hijos.

Jesús Domingo Martínez