El Estado detrae entre el 30 y el 45% de lo recaudado

Este martes se aprueban unos presupuestos con 60.000 millones de euros de agujero. Así que cualquier elemento que ayude a paliar el descomunal déficit público será bienvenido. Uno de ellos es la lotería, un instrumento monopolio del Estado por el que cada Navidad recauda algo así como 1.000 millones de euros. La Hacienda Pública se queda entre el 30 y el 45% de los cerca de 3.100 millones de euros recaudados. O sea, se trata de un impuesto encubierto con el que los españolitos contribuimos voluntariamente: 70 euros por barba.

Las posibilidades de ganar algo (siquiera el reintegro) son de apenas un 5,68%, según el profesor de Matemática Aplicada del CEU, Miguel Córboba. Sabemos que la Lotería de Navidad reparte menos que el Niño, pero aún así, seguimos jugando de manera masiva. ¿Por qué? Todo un fenómeno social: nadie quiere quedarse fuera de una suerte que puede tocar al más cercano. Pero los cálculos estadísticos hablan por sí solos. Mientras tanto, el Estado se frota las manos ante este nuevo instrumento de recaudación. Y en régimen de monopolio. ¿Por qué?