• Los resultados de Unidad Editorial pesan como una losa sobre la matriz italiana, RCS MediaGroup.
  • El grupo italiano ha perdido 53,9 millones en el primer trimestre, pero hubiera perdido 25,4 menos sin El Mundo.
  • Unedida (El Mundo, Expansión y Marca, entre otros) tiene un impacto insoportable en las cuentas de Rizzoli: provoca que se duplique su Ebitda negativo (45,9 millones de euros).
  • Los italianos cumplieron con el Gobierno al 'echar' a Pedro J. Ramírez, pero siguen esperando la contraprestación empresarial.
  • Están cansados de poner dinero en El Mundo para que pueda refinanciar su deuda y afrontar sus pagos.
  • El hombre era Lara, pero está de uñas con el Gobierno tras suprimir nueve canales de la TDT.
  • Y ahora todos callan, los empresarios y los financiadores: los bancos.

Los resultados de dos de los grandes grupos mediáticos españoles, Unidad Editorial y PRISA, cantan por soleares: aumentan sus pérdidas trimestrales como en un ataque de nervios. En el caso de PRISA, superan los peores pronósticos: la quiebra depende de la mano que mece la cuna (el Gobierno y el hartazgo inconcreto de los bancos). En el caso de Unidad Editorial, dueña de El Mundo, pesan como una losa sobre la matriz italiana, RCS MediaGroup (Rizzoli), que espera un arreglo español para regresar a Italia, pero no llega: los empresarios que lo podrían resolver miran para otro lado. Su consejero delegado, Antonio Fernández-Galiano (en la imagen), también espera.

Veamos sus cuentas, que son como un escaparte para el desengaño. RCS ha perdido en el primer trimestre 53,9 millones de euros, con un  Ebitda negativo (resultado bruto de explotación) de 45,9 millones de euros, y un Ebit también negativo (resultado neto de explotación), de 60 millones. RCS, además, ha ingresado 262,9 millones de euros, un 7,82% menos que en 2013, un registro a todas luces insuficiente para compensar la relativa mejora, en más del 50%, de su Ebitda (del 60%, en concreto) y de Ebit (del 55,12%). Las pérdidas netas, en suma, ascienden a 53,9 millones y son, hay que decirlo también, la mitad que en el mismo periodo de 2013 (107,1 millones).

El responsable del desaguisado es, precisamente, Unidad Editorial. O si lo prefieren, El Mundo es el culpable de que RSC no esté ya en la senda de un equilibrio relativo en sus cuentas y de un saneamiento razonable. Se entienden así mejor la prisa de los italianos por vender su incómoda filial.

Abundamos en las cuentas de Unidad Editorial, que son peores, precisamente, en todo lo que RCS da síntomas de mejora y que, claro, una vez consolidados en la matriz italiana, provocan que sus pérdidas se hayan duplicado por culpa con el Mundo. Sin Unidad Editorial, RCS hubiera perdido 28,5 millones, no 53,9. Unidad Editorial ingresa 8,6 millones menos (-9,74%), y sus resultados también son peores: tiene un Ebitda negativo de 20 millones de euros y un Ebit también negativo de 25,4 millones, un 70,25 y un 44,32% peores en el arranque de 2013 (12,1 millones y 17,6 millones, respectivamente). En otras palabras, Unidad Editorial va hacia el abismo: 25,4 millones de pérdidas, 7,8 millones más, son muchas pérdidas y, lo más preocupante, lastran las cuentas de RSC. No hay que olvidar de que el despido de Pedro J. Ramínez ha costado 18 millones de euros, aunque puede que ese pago se haya aplazado en las entregas.

¿Qué hacen los italianos ante esta situación Quieren soltar lastre pero no hay modo y son ya demasiados los balones de oxígeno que le ha proporcionado a Unidad Editorial para sacarla del abismo, refinancie su deuda y pueda atender los pagos.

RCS pactó con el Gobierno de Rajoy la salida de Pedro J. Ramírez, una presencia incómoda, de la dirección de El Mundo, y cumplió… pero a cambio de una salida airosa de Unedisa, que no se ha concretado todavía. La primera baza era José Manuel Lara, dueño de Planeta, de una de las patas del Dupolio TV y de La Razón. Incluso tenía de su lado, como financiadores para fusionar El Mundo con ABC o La Razón, al Santander, Telefónica y Caixabank. Pero todo eso se frustró tras la decisión del Gobierno de acatar la sentencia del Tribunal Supremo de suprimir nueve canales de la TDT, que le sentó como un cuerno quemado a Lara. Y desde entonces, nadie quiere saber nada de El Mundo: ni empresarios ni bancos.

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com