La venganza de los Sith arranca con ese rótulo que se ha hecho tan popular a lo largo de los 30 años de andadura de la saga: Hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana.

 

Nunca una película (de la que previamente sabíamos su final) había despertado tanto entusiasmo entre los millones de seguidores repartidos por todo el mundo. Y es que La venganza de los Sith narra en imágenes los hechos que ya conocíamos por la trilogía original: la caída de la República en manos de los Sith (es decir, la orden del mal que controla el lado oscuro de la Fuerza) y la metamorfosis de Anakin Skywalker en Lord Vader.

 

El último capítulo de la saga de Star Wars es, sin ninguna duda, la mejor entrega de la esta segunda trilogía y su guión (mejor hilado que La amenaza fantasma y El ataque de los clones) recupera parte del atractivo de las películas originales, puesto que los personajes están mejor dibujados y resultan más atractivos. Además, George Lucas ha sido muy inteligente al dar más protagonismo a héroes míticos como el maestro Yoda o Obi Wan.

 

En su contra tiene que hay (como en las dos películas anteriores) excesivos efectos digitales, y sigue faltando algo de humor (un elemento importantísimo en la trilogía original). Asimismo, durante su desarrollo vuelve a aparecer esa filosofía pueril (alrededor del bien y el mal) presente en toda la saga. Pero, a pesar de ello, el espectador sale satisfecho tras la visión de La venganza de los Sith porque todas las historias abordadas quedan bien cerradasestán bien contadas.

 

En definitiva, un buen broche para una saga llena de imaginación con la que hemos crecido muchas generaciones.