Sr. Director:
"La objeción, única salida que le queda a un ciudadano cuando una ley genera un conflicto moral grave".

La amenaza que lanzó, la segunda semana de agosto, el ministro de Justicia, Francisco Caamaño a los médicos, ha reabierto el debate sobre un derecho constitucional: la objeción de conciencia. ¿Debe un médico, por obligación, practicar abortos? ¿No trabaja para salvar vidas en lugar de eliminarlas? La Asociación Nacional para la Defensa del Derecho de Objeción de Conciencia deplora la cruzada que ha emprendido el Gobierno para coartar la libertad de conciencia de los ciudadanos.

Así, sostiene que para la inmensa mayoría de los médicos, el rechazo al aborto no se apoya en principios morales, sino en la convicción de que supone acabar con una vida humana. El derecho a la objeción de conciencia -recuerda- está reconocido por la práctica totalidad de las leyes nacionales de los países democráticos en que el aborto está despenalizado o legalizado. Por tanto, -agrega- la puesta en práctica de una política como la defendida por el Sr. Caamaño colocaría a España entre los pocos países que, desde el poder, coartan la libertad de conciencia de sus ciudadanos.

Se trata, añade, de un derecho individual y que, como todo derecho, tiene sus límites pero afirmar que la defensa de la libertad de conciencia es un llamamiento a la desobediencia civil, sólo cabe en quien sostenga que el único criterio de justicia y libertad en una sociedad democrática radica exclusivamente en los dictados de sus personales convicciones ideológicas.

Finalmente, deplora la cruzada que ha emprendido en las últimas semanas el ministro de Justicia contra la libertad de conciencia y le invita a que aclare ante la opinión pública si su respeto a la libertad de conciencia de los españoles es sincero o está sometido a intereses políticos. De hecho, señalan que la objeción de conciencia al aborto le brinda una ocasión inmejorable de demostrarlo.

Jesús Martínez Madrid

eulogio@hispanidad.com