La Iglesia hace muy requetebién en condenar ese asqueroso artilugio que hace del hombre un perfectísimo animal, sin vestigio alguno espiritual.

Sr. Director:

¿Hasta cuándo durará lo de los preservativos y anticonceptivos? El preservativo no es sino una manera de erradicar lo que resta de pudor en las personas y, además, aficionarles al apareamiento y fornicación a gogó.

Porque lo que hace ese artilugio es infectar del "virus" de la fornicación a todo el mundo que lo usa haciéndole creer que con él podrán hacer de la vida un paraíso dedicándose a la vida genital sin mezcla alguna de juicio y sentido común, pues el sexo llenará su vida, eliminando todo vestigio de seso, y convirtiéndolos a todos estos en purísimos animales, de los que el ser racional no aparecerá para nada en sus infelices vidas.

La Iglesia hace muy requetebién en condenar ese asqueroso artilugio que hace del hombre un perfectísimo animal, sin vestigio alguno espiritual. Es bien sabido por las personas espirituales que al crear adición el sexo, estos pobres que han caído en sus manos, se transforman en seres carentes de todo juicio razonable.

Todo esto lo expresó muy bien aquel grandísimo educador que fue Mons. Tihamer Toth, que explicó en sus hermosos libros: "El joven creyente", El joven y Cristo" y todos los demás como los que caen en el vicio de la lujuria, dejan de tener capacidad para estudiar y para cualquier actividad digna porque les barre todas sus capacidades y solo piensas como hace la gran muchachada española, que toman la práctica de ese vicio como deporte, por lo que no es extraño que sean incapaces de terminar sus estudios y realizar actividades positivas cuando están rebosantes de lujuria a la que les aficionó una ministra socialista con su slogan "póntelo, pónselo" y que sus sucesores socialistas siguen aconsejando, lo que no deja de hacer que ellas queden embarazadas con su práctica a mansalva, como se lleva en la actualidad.

Parece que sólo un milagro puede acabar con esa práctica aberrante e insensata que hace que tantos jóvenes practicantes de la misma, como se matan en accidentes acaben condenándose porque no son conscientes de donde se ha metido.

Julián Fdez

julianz@telefonica.net