• Sacyr, ACS, OHL, Acciona y Ferrovial pierden posiciones en el parqué, con un IBEX que no logra remontar.
  • La excepción es FCC, que sube más de un 7% tras el acuerdo de Koplowitz con Soros.
  • Dos problemas: la construcción hay que buscarla fuera de España, con unos márgenes ridículos, y los servicios en nuestro país dan para lo que dan.
  • A esto hay que unir lo más importante: continúan excesivamente endeudadas.

Viernes negro para las constructoras españolas que cotizan en el IBEX. Para todas menos para FCC, que ha dos horas del comienzo de la sesión subía más de un 7%. El culpable, el acuerdo adelantado por Hispanidad entre Esther Koplowitz y George Soros por el que el inversor norteamericano ampliará su participación en el grupo.

Pero esa es la excepción, porque Sacyr, ACS, OHL, Acciona y Ferrovial han visto cómo su cotización retrocedía al poco de comenzar la sesión. Concretamente, transcurridos los primeros momentos de toma de posiciones, Sacyr caía más de un 10%, ACS más de un 4%, OHL un 2,5%, Acciona algo más de un 2% y Ferrovial, la menos castigada, un 1%.

La estrategia de todas ellas durante estos años de crisis -incluida FCC- ha consistido en buscar el negocio fuera de España, concretamente, la construcción. La práctica desaparición de la obra civil en nuestro país les ha obligado a salir fuera. Y no les está saliendo mal, con la firma de contratos significativos. Así, ACS fía el 84,3% de su negocio al exterior, OHL el 76%, Ferrovial el 69% y Sacyr el 46%. El problema es que la construcción más allá de nuestras fronteras deja unos márgenes muy pequeños.

La otra actividad es la de servicios, agua y basuras, fundamentalmente. Pero los servicios en nuestro país dan para lo que dan, es decir, poco, y, además, no hay mucha tarta para repartir. Y si no, miren la guerra desatada por ACS para arrebatarle la recogida de basuras en Madrid a FCC.

Pero a todo esto hay que unir lo más importante y que supone una losa en la cotización de las constructoras. Hablamos, cómo no, de su excesivo endeudamiento. Incluso OHL, hasta hace poco la menos endeudada, ha entrado en este peligroso juego.

Pablo Ferrer

pablo@hispanidad.com