• Y en el entretanto, una YPF en declive trata de desviar la atención denunciando a Brufau por sobresueldos.
  • El fondo de Singapur posee ya el 6,4% y tiene vía libre hasta el 10%, no más.
  • Es un fondo soberano con gestión muy privada y hasta ahora no había entrado en España.
  • Eso es bueno, pero tampoco se casa con nadie. Apoyará cualquier operación que le resulte rentable.
  • El otro asunto pendiente para la junta, las preferentes, según lo previsto canje por un bono al 3,5%.

La Junta de accionistas de Repsol -cuentas correspondientes al ejercicio 2012- se celebra el viernes 31 en Madrid. Destacan tres aspectos: las preferentes. Al final, se solventará con un canje por un bono al 3,5%, según estaba previsto desde hace más de un mes y según ha anunciado públicamente la petrolera el pasado miércoles.

Segunda cuestión: YPF. La última: Cristina Fernández Kirchner intenta desviar la atención sobre la caída en picado de YPF tras su expropiación a Repsol con una demanda por sobresueldos que habría obtenido y pagado Antonio Brufau (en la imagen). Hasta ahora nada habíamos sabido de tal cosa, pero todo indica que cualquier posibilidad de acuerdo pacífico del robo de YPF se aleja -al parecer, en el espacio y en el tiempo-. Pero lo grave es lo otro: lo grave es que Cristina Kirchner le arrebató YPF a Repsol y ahora la está hundiendo.

En la Junta tomará posesión el representante del Fondos soberanos de Singapur, Temasek Holdings, que estará presente en el Consejo y en la Comisión ejecutiva. Temasek es el fondo de pensiones de Singapur, uno de los grandes centros financieros mundiales. Es el cuarto fondo soberano del mundo pero se rige como un fondo de capital-riesgo privado. Eso es bueno pero también tiene su peligro: no se casa con nadie.

Quiero decir: es un inversor estable y profesional pero no ha entrado en España -es la primera vez- para cortar el cupón, sino para vigilar su inversión. Para entendernos: si alguien lanzara una opa y le conviniera la vendería sin la menor duda. Digamos que Temasek es, por esta razón, un arma de doble filo.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com