La población estadounidense es más joven que la española, pero, con todo, la comisión creada al efecto por Barack Obama asegura que los norteamericanos deben jubilarse a los 69 años.
La verdad es que es una media desgraciadamente necesaria por una razón insoslayable: los que tenemos que retrasar la edad de jubilación hasta los 70 es porque no hemos tenido hijos a los 25. La paternidad se retrasa y con ella el número de vástagos, es decir, de contribuyentes. No hay sistema -ojo, ni público ni privado- que aguante una natalidad tan baja como la de Occidente.
El estructural problema económico de las pensiones sólo se soluciona con la combinación de un propósito privado y otro público. El propósito privado consiste en tener más hijos, en ser más generosos y menos comodones. El político, tratando mejor a los jóvenes que forman un hogar: salarios más altos y salario maternal para las mujeres que decidan tener hijos. Si queremos mantener el Estado del Bienestar -que es un buen invento- tenemos que pagar a las mujeres que quieran tener hijos: no hay otra forma.
¿Coste prohibitivo? Aquí el único coste que no nos podemos permitir es el del envejecimiento de la población, que es coste de pensiones y sanitario. Sin jóvenes, la Seguridad Social quiebra.
Eulogio López
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