La inercia nacionalista europea resulta altamente preocupante. Francia mantiene su proyecto de fusionar Gaz de France con Suez para defender el interés nacional del afrancesamiento empresarial. Y el gobierno transalpino está igualmente dispuesto a defender la italianiedad de Autoestrade a como de lugar, así que el pasado 4 de agosto, los ministros de Economía e Infraestructuras anunciaron el veto de la operación, argumentando que es necesario garantizar unas inversiones que todavía no se han producido.

El miércoles 30 de agosto, el Comisario de Mercado Interior, Charlie Mc Creevy, instaba a Italia a no interferir en el proceso de fusión. Aunque la decisión de la Comisión se tomará el próximo 22 de septiembre, lo más probable es que vuelva a insistir en la exigencia de no interferencia. Pero Italia no está por la labor. Porque todos somos muy liberales hasta que tocan lo nuevo.

Así que el gobierno italiano ha advertido de que en caso de que prosiga el veto, retirará las concesiones de Autoestrade. Es decir, la vaciarán de contenido, porque la concesionaria de autopistas italiana tiene un único activo. Las concesiones estatales para el desarrollo y explotación de autopistas en Italia. Y sin este activo, obviamente, la compañía no vale nada.

Dicho de otra manera: asistimos a un brutal pulso entre Italia y la Comisión. Por supuesto, La Caixa (propietaria de Abertis) defiende ahora la doctrina aperturista y liberal y exige que la Comisión se aplique con la misma contundencia que lo ha hecho con el caso Endesa. Cosas veredes, amigo Sancho