Paco es la víctima que nos envía esta carta. Alguien colgó el reportaje sobre maltrato contra hombres, con subtítulos en castellano, que recientemente emitió la televisión catalana TV3.

 

Cuando se van oyendo, cada vez más altas, las voces de algunos jueces valientes que se atreven a publicar verdades, provocando la reacción de los que viven de nuestra desdicha, es importante que el debate no se concentre sólo en sus choques ideológicos y técnicos.

Porque nuestro problema es, antes que otra cosa, humanitario.  Miles de personas nos hemos visto injustamente separados de la vida de nuestros hijos y nietos, empujados a la miseria e invitados al suicidio.  No hace falta filosofar sobre ese crimen de Estado. Sólo hay que mostrarlo ante una sociedad distraída. 

Las víctimas tenemos que superar nuestro abatimiento y estar a la altura de las circunstancias. Seguir callados nos convierte en cómplices de nuestros propios verdugos. Tenemos que aprovechar todas las circunstancias para que se conozca nuestra situación.

Podéis reenviar esta nota y el reportaje para ver si se animan otros papás a salir de la madriguera.

Por nuestros hijos y nietos, por nuestra dignidad.