¿Cuándo dejarán al pobre Nelson Mandela descansar en paz Los británicos aseguran, con su inteligente cinismo, que los funerales políticos se convierten en auténticas cumbres de Estado. Y si las exequias se alargan durante 10 días, entonces tenemos un completo periodo de sesiones del Congreso.

El martes 10 se congregaron en Sudáfrica los más poderosos del planeta, con la presencia, por ejemplo, de todos los presidentes norteamericanos vivos (salvo George Bush papá). Michelle Obama (en la imagen) no miraba con buenos ojos que su esposo se hiciera fotos con la jefa de los daneses, sesión fotográfica en versión adolescente, móvil en mano. Vamos que sólo faltaban Cristiano Ronaldo y París Hilton.

Televisión Española, tan amante del lugar común, repitió hasta 'jartarse' el tópico de un funeral multicultural, multirracial y multirreligioso. Todo era múltiple y 'superfragilisticoespialidoso'. Y ahí es donde está el problema, oiga, en que el funeral de un hombre que merece respeto, se convirtió en una interesada manipulación de ese fenómeno del sincretismo universal.

La multiculturalidad es tremenda: si algo es cierto su contrario no puede serlo. Lo plurirracial es una tontuna porque todos los seres humanos, todos, somos mestizos. Lo plurirreligioso es una barbaridad, porque significa que un credo es tan cierto como su contrario y ninguno vale nada. Si de lo que estamos hablando es de apertura de quien pertenece a una cultura, una raza o una religión hacia quienes no comparten su misma convicción, condición o cosmovisión, entonces no hace falta emplear palabras tan largas.

Al final, todo se queda en la alocución del rey del sincretismo universal, el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, cuando habló del país arco iris de Nelson Mandela. Pero eso no es multirracial, es otra cosa.

Porque claro, según Obama, Mandela fue el abanderado de la libertad, según Raúl Castro era el abanderado de la revolución y según Ban Ki-Moon el abanderado del Arco Iris. Demasiado, oiga, hasta para Nelson Mandela.

A este pobre hombre, ¿cuándo le dejarán descansar en paz

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com