Consumen casi un tercio de las subvenciones dedicadas a salud pública. Quedan fuera los programas de educación afectivo-sexual, porque parece que el ejecutivo de Esperanza Aguirre prioriza el preservativo, la píldora del día después y el aborto como instrumentos de salud pública. Planificación Familiar recibe financiación de los propios centros abortistas. ¿Es esta la apuesta del gobierno regional en apoyo de la maternidad?

La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid acaba de hacer públicas las subvenciones concedidas a asociaciones sin ánimo de lucro para actuaciones destinadas a colectivos con especial riesgo. La Asociación Madrileña de Planificación Familiar, miembros de la Federación Española de Planificación Familiar, el gran lobby abortero, filial de la Federación Internacional de Planificación Familiar.

Pues bien, estos aborteros han recibido de la Comunidad de Madrid nada menos que 40.000 euros para financiar su proyecto de prevención de embarazo y transmisión de enfermedad sexual en su centro joven. Es decir, para sus gastos ordinarios. Sólo que el Centro Joven de Planificación Familiar no se dedica a la prevención de embarazos, sino a su interrupción, derivando a las embarazadas a los centros abortistas que por otra parte les financian. ¿Independencia? No, todo un negocio extraordinariamente lucrativo. ¿De verdad que se trata de una organización sin ánimo de lucro?

Otra de las actuaciones del Centro Joven es la dispensación de la conocida como píldora del día después. Pero eso no es prevención del embarazo, sino también su interrupción si es que ha habido fecundación. Porque el preparado químico, trata de impedir la fecundación, pero su segundo efecto, es impedir la anidación. Y puede que entonces ya se hubiera producido la fecundación de un ser humano único, distinto e irrepetible.

¿Es mucho o poco? Es bastante, porque el montante total asciende a los 138.500 de euros. Es decir, los aborteros de planificación familiar se llevan un 28,8% de la partida que la Comunidad de Madrid destina a salud pública. El resto son cuantías mucho más reducidas (ver cuadro). Por ejemplo, la asociación para la Atención, Prevención y Reinserción de la Mujer Prostituida, apenas recibe 4.500 euros. Teniendo en cuenta que se encargan de rescatar a las mujeres de la calle para que puedan recuperar su dignidad, el agravio parece bastante evidente.

Por su parte, PAIDEIA, la asociación presidida por la ex mujer Amancio Ortega, Rosalia Mera, para la atención de menores apenas recibe 2.100 euros para la prevención de la salud integral de los jóvenes y adolescentes inmigrantes en situación de riesgo. La asociación que más recibe después de Planificación Familiar es la Asociación a Gaviota para la Atención socio sanitaria gratuita para adolescentes con tan sólo 15.000 euros. El subdelegado de Salud pública, José Jover, se lava las manos ya segura que no es de su departamento. No sabemos si dependerá del director general de Salud Pública y Alimentación, Agustín Rivero o del mismo consejero de Sanidad, Manuel Lamela. Al cierre de esta edición, Hispanidad todavía está pendiente de que los responsables de Sanidad de la Comunidad de Madrid den la cara.

Y no es la primera vez que los abortistas de Planificación Familiar resultan privilegiados por el dinero público. En 2005 también recibieron 41.500 euros para exactamente el mismo proyecto (ver cuadro). O sea, dinero recurrente. Quedaron fuera de la convocatoria el año pasado la Cruz Roja, que pretendía implantar un programa de educación para la salud en las escuelas. También quedó fuera la Fundación Solidaridad Humana que pretendía desarrollare un programa preventivo de educación sexual. Y eso que entre los objetivos de la convocatoria se encuentra la atención a adolescentes, y jóvenes; especialmente para educación y atención en sexualidad. Pero se ve que esto de la educación sexual no termina de convencer a los responsables de la Comunidad. Mucho mejor, pastillas a todo pasto y si falla, aborto rápido y fácil.

Por la misma, este año han quedado fuera por no ser objeto de la convocatoria el programa de educación en salud sexual y reproductiva de mujeres jóvenes de la Asociación de Víctimas del Aborto y de nuevo la Cruz Roja, que pretendía desarrollar un programa de educación afectivo-sexual entre adolescentes. Está claro, la educación no interesa. Pero sí interesa mantener serios y sólidos vínculos con la gran multinacional abortera, que a su vez mantiene estrechas relaciones con los centros de abortos, los grandes negocios de dinero negro. No, no es la mejor tarjeta de presentación para un gobierno regional que presume de ayudar a las mujeres embarazadas, pero finalmente termina derivándolas al negocio dramático del aborto.