Espléndido articulo el de Alfonso Ussía el pasado domingo, en La Razón. Alguien dijo aquello de estoy deseando llegar a viejo para poder decir lo que me venga en gana. Pero los que no practican el coraje de jóvenes y adultos, también callarán de ancianos jubilados. Callarán hasta la tumba, porque al cobarde nunca le llega le momento.

Discrepo de Alfonso Ussía por muchas cosas, pero no puedo sino aplaudir el hecho de que no haya esperado a la vejez para hablar en voz alta. Por ejemplo, en su aludida pieza dominical, titulada El estercolero. Se refiere el artículo al culebrón Al Bano en Tele 5. Ya saben (porque lo saben todos, ¿verdad?): que si una periodista de investigación afirma que la hija desaparecida del cantante no había muerto, que el cantante se cabrea y amenaza con querellarse contra Tele 5, que si Tele 5 ofrece indemnización, despedida de la periodista y programa para Al Bano, que si todos contentos, que si ha triunfado la deontología profesional

¡Mentira!, clama Ussía. En Tele 5, sabían perfectamente que la mentira les estaba arreglando la cuenta de resultados y han mantenido durante meses, con deleznable desvergüenza la rentable patraña. Con independencia de la responsabilidad o irresponsabilidad de las vociferantes descubridora de cadáveres, en este asunto hay más personas comprometidas. Esos programas también tienen un director. Esos directores dependen de otros con más competencias y así hasta llegar a Alejandro Echeverría, presidente de Tele 5, al que manda en la cadena, Paolo Vasile, y al dueño de todo el entramado, Silvio Berlusconi.

Hace bien Ussía (y muestra coraje, dado que si algo no le conviene a un columnista, aunque sea tan prestigioso como él, es enfadarse con los editores) en señalar a los verdaderos responsable de la bazofia de Tele 5. El responsable primero es el propietario, luego el gestor, luego el director, luego el autor. Ya está bien de esconderse tras la mesa de un consejo de Administración.

Todavía recuerdo la plañidera del equipo directivo de Jesús Polanco, cuando Canal emitió el nauseabundo reportaje blasfemo sobre el Cristo crucificado. Polanco lo está pasando fatal, advertían los encargados de velar por la imagen del más poderoso del país. Tan dolorido estaba que no le dio tiempo para enviar a la cola del paro a los directivo del programa y a los gerentes de Canal . Así que no lo duden, con hipocresías de este tipo las blasfemias se repetirán en Lo más plus, con sus presentadores cretinos, sus guionistas cretinos y sus gestores cretinos. Si le hubieran hecho perder dinero, ya estarían en la calle.

Es más, creo que hay que cambiar a Tele 5 aunque se corra el riesgo de, como dice Ussía, alargar la basura- y combatir la palabra con la palabra. En definitiva, utilizar el derecho de rectificación, que en España es tremendamente duro con los medios, aunque la gente no lo sabe.

Lo que en ningún caso puede hacerse es callar. No sólo porque el que calla otorga, sino porque estos miserables (administradores, gestores, directores y autores) se crecen ante el silencio. Hoy, la víctima ha sido Al Bano, mañana será otro.

La única solución contra el periodismo basura consiste en esta doble vía: en primer lugar, utilizar el derecho de rectificación una y otra vez, es decir, no callar ni debajo del agua, en segundo lugar denunciar a los culpables, los más poderosos, los propietarios.

Este Ussía tiene cuajo.

Eulogio López