¿Recuerdan el 'Plan E' de Zapatero, tan famoso -por nefasto- como asombroso Tiene un espacio hasta en la Wikipedia. Y ahora retorna por los datos del Tribunal de Cuentas, que añaden nuevos datos que inquietan lo suyo, teniendo en cuenta el despilfarro de entonces. A la Wikipedia, esa 'herramienta' virtual de la que todo el mundo chupa para refrescar su memoria, préstenle la atención que quieran, aunque, ojo, con mesura, porque la fiabilidad de sus datos depende siempre de un 'donante' anónimo. O sea, muchas veces se equivoca por aquello de que puede más la voluntad de manipular que el rigor de informar. El Tribunal de Cuentas, sin embargo, pone en solfa lo que era un secreto a voces: que aquel plan fue un fiasco monumental, que ni creó el empleo que se dijo, ni dinamizó la economía como se presumió.

 

Si lo recuerdan bien, el 'Plan E' fue el conejo que se sacó de la chistera el presidente 'adolescente', Zapatero. Hablamos de 2007. El artífice de la mayor ingeniería social que se ha hecho en España en democracia quería sacar a la economía del marasmo provocado por la burbuja inmobiliaria y de las cornadas de una crisis económica, entonces incipiente, que todavía sufrimos. No se le ocurrió mejor cosa que, copiando fórmulas keynesianas, destinar casi 15.000 millones de euros de dinero público para dinamizar y modernizar la economía, impulsar la actividad de las empresas y fomentar el empleo y modernizar la economía. Eso decía la propaganda oficial y hubo periódicos como El País (soplaban otros aires en el buque insignia de Prisa) que alabaron la iniciativa, que había permitido "el nada desdeñable logro de ocupar a más de 410.000 personas y hacer que el desempleo lleve tres meses de caídas en un momento en el que el paro se ha convertido en un drama nacional".
Lo más grave del Plan E fue que
añadió masa a un iceberg que todavía nos aplasta: la deuda pública

Pero la realidad es muy distinta, tal vez porque esos fondos millonarios los gestionaron los ayuntamientos, que hicieron el gamba hasta el ridículo gastándose un dinero -que no era suyo- en inversiones estrambóticas, cuando no dudosas y superfluas. Ahora se sabe que los ayuntamientos destinaron la mayor parte de los millonarios fondos, en 2009, no a nuevas iniciativas económicas, como se pretendía, sino a proyectos que ya estaban en marcha. Pero hay cosas más sangrantes, como que sólo el 15% de los 8.000 ayuntamientos 'beneficiados' priorizó la creación de empleo -objetivo básico del plan- y que casi la mitad de los contratos (el 43%, en concreto), no incluía ningún compromiso de contratación por parte de la empresa. Son datos del Informe de Fiscalización realizado por el Tribunal de Cuentas, del que informaba este domingo Europa Press.

Es grave, sobre todo si tenemos en cuenta que aquel 'dichoso' plan añadió masa a un iceberg que todavía nos aplasta: la deuda pública (equivalente al secuestro económico de una generación, con hijos y nietos hipotecados de por vida).

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com