Oficialmente los hechos son estos: monseñor Javier Echevarría (en la imagen), prelado del Opus Dei, anuncia su retirada paulatina y nombra auxiliar a monseñor Fernando Ocáriz, hasta ahora vicario de la Obra. Y a éste le sustituye, también como vicario general, el actual responsable de la Obra en Argentina, monseñor Mariano Fazio.

También, oficialmente, se alegan motivos de salud. Lo cual no es de extrañar si consideramos que a los 82 años hasta los obispos suelen tener problemas de salud.

Como otras razones oficiales, todo lo anterior nos revela la verdad, nada más que la verdad... pero no toda la verdad.

Para que fuera toda la verdad, necesitaríamos añadir que el Papa Francisco comunicó a monseñor Echevarría un mensaje muy porteño: "Cuide su salud". Es lo mismo que cuando a un británico le dice su jefe que ya es hora de que cuide mejor su jardín.

Y como don Javier Echevarría es un cristiano obediente a sus superiores, de inmediato comenzó su retirada, con los precitados nombramientos. Será el primer jefe del Opus Dei que no se retire con su fallecimiento. Y, en cualquier caso, su decisión está muy clara: deja como delfín a monseñor Ocáriz y como vicario general (el Ceo, para entendernos) al argentino Mariano Fazio, amigo personal de Francisco y el hombre que publicó uno de los primeros, y quizás más profundos libros, sobre el nuevo Papa.

Fue el propio monseñor Fazio quien entregó el nuevo 'organigrama' a Francisco, a lo que este respondió: "Yo no pedía tanto".

No se sabe si pedía tanto, pero algunos sospechan que pedía aún más. No pedía que el español Fernando Ocáriz, 69 años de edad, sucediera a Echevarría, sino que lo hiciera el propio monseñor Fazio (54 abriles).

Y ya puestos, el asunto adquiriría otra tonalidad, ligeramente más ocre, si el Papa Francisco decidiera dilatar el nombramiento, como obispo, de Ocáriz.

A fin de cuentas, Francisco se ha caracterizado por no hacer mucho caso del derecho canónico -algo muy loable, sin duda- por ejemplo, a la hora de escuchar las ternas que se le proponen para los nombramientos episcopales. Prefiere nombrar a quien considera más conveniente entre una terna... nominada por él mismo. Y el consejo de los nuncios, probablemente otro acierto procesal, le ocupa sólo el tiempo necesario.

Otra cosa es que, al final del proceso, acierte, pero eso ya es otra historia.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com