Cuando Zapatero abre la boca, Solbes tiembla. Zapatero llegó de manera clandestina a Guadalajara y prometió calificar la zona afectada de catastrófica. Inmediatamente el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, descolgó el teléfono y le informó al presidente del gobierno que el año pasado Huelva, Jaén y Sevilla sufrieron incendios todavía peores que los de Guadalajara.

De poco ha servido. Mientras el consejo de ministros aprobaba una partida de 18.000 millones de euros para paliar los daños producidos por la catástrofe (los políticos siempre apagando sus errores con dinero público), en relación a Andalucía sólo hace la siguiente mención: En línea con el sistema de ayudas contenidas en este Real Decreto, se acuerda, a través de una Disposición Adicional, que el Gobierno, mediante un convenio con la Junta de Andalucía, evalúe la situación de los daños producidos por el grave incendio del año pasado en Huelva y determine la aplicación de las ayudas complementarias que procedan. O sea, estudiaremos la situación y ya veremos.

Por supuesto, el secretario general del PP andaluz, Javier Arenas, no ha perdido el tiempo y ha denunciado el agravio comparativo. Arenas se encuentra en una estrategia de desgaste de enormes réditos. Al fin y al cabo no tiene nada que perder. Y la estrategia pancartera y de oposición dura parece que funciona, así que está pensando en importarla a Andalucía. Pero de momento, en Huelva siguen sin ver un duro.