No ha habido una sombra de crítica a la decisión del Tripartito catalán de subir 2,4 céntimos el coste del carburante para financiar su sistema sanitario. El Secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, David Vegara, no ha querido entrar a valorar la "oportunidad" de la subida, aunque enmarca la decisión en la corresponsabilidad fiscal de las comunidades autónomas: "El Gobierno catalán identifica una necesidad de financiación y hace uso de su capacidad normativa para obtener la suficiencia financiera".

 

Quienes probablemente no estén tan satisfechos son los automovilistas catalanes, que, además, de pagar los peajes que no se pagan en el resto del Estado, pagarán la gasolina 2,4 céntimos más cara. Un buen argumento para acudir a la mesa de negociación sobre financiación autonómica. Zapatero ya ha confirmado su voluntad de negociar en esta legislatura, a pesar de que su ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, afirmó que lo dejarían para la siguiente.

 

Zapatero, sin embargo, no observa disparidad en el calendario. Y es que, como se sabe, el Gobierno está muy cohesionado. Tan cohesionado que Vegara ha sonreído al pronunciar la obligada muletilla en relación a las competencias sobre tarifas. Estas corresponden a Economía, pero Industria quiere meter la cuchara. Los conflictos competenciales los resolverán con mucha coordinación. La misma que la manifestada con la financiación autonómica.