El director británico Michael Winterbotton, todo un especialista en dramas donde hacía gala de un realismo psicológico cercano al documental (recuerden películas como Wonderland, In This Word o Camino a Guantánamo), se desmarca de sus señas de identidad con El demonio bajo la piel. Con ella se adentra en el género negro más violento adaptando  fielmente a la gran pantalla la novela de Jim Thompson: El asesino dentro de mí. En este relato, narrado en primera persona (y de forma escalofriante), recoge  todo aquello que se cruza por la mente  de un psicópata  que se convierte en asesino en serie. Si esto no les parecía ya demasiado fuerte, lo que resulta  inexplicable es que este sádico sin sentimientos se encuentra en el centro de un triángulo  amoroso y sea amado por dos mujeres: su novia y  una prostituta,  con las que mantiene relaciones  sexuales brutales, que se traducen en imágenes no aptas para gente sensible.

Como estos datos podrán hacerse una composición de lugar de que El demonio bajo la piel resulta una experiencia súper desagradable que deja un sabor de boca tremendamente amargo a quien la contempla

El demonio bajo la piel se estrenó el pasado 21 de enero.

Para: Sinceramente, desconozco quién puede encontrar algo positivo de esta película