Sr. Director:

Yo Javier Hernández delgado, ciudadano español, casado con ciudadana colombiana desde el año 2009 febrero, este escrito denuncia va dirigido a quien corresponda.

 

Mi queja como la de muchos matrimonios que nos hemos casado en otros países es la de denunciar las injusticias que el Gobierno español a través de sus consulados comete con nuestros matrimonios.

En mi caso llevamos dos años y cinco meses casados y sin poder llevar una vida en familia como corresponde en cualquier matrimonio normal y legal, dos años largos en los que se nos presume un matrimonio de conveniencia, donde ya se nos condena a estar separados hasta que demostremos nuestra inocencia, y aun así se nos sigue mareando la perdiz esperando que desistamos y desesperemos, pasándose los derechos humanos por alto, así como infinidades de tratados internacionales, tratándonos como simple mercancía, mientras los señores cónsul que nos deniegan nuestros matrimonios salen en revistas del corazón presumiendo de sus respectivas novias colombianas. Y eso da mucho que pensar de la seriedad de este gobierno y de la labor que se les supone que deberían de realizar.

No me interesa la vida privada de ningún cónsul pero me fastidia muy mucho verlos cómo presumen de su felicidad mientras nos niegan la nuestra. ¿Acaso no somos tan españoles como ellos, acaso no pagamos los mismos impuestos que ellos, porque entonces no tenemos los mismos derechos?

Cuando decides casarte lo haces sin pensar que te vas a encontrar con todas estas injusticias burocráticas, que soy consciente de que hay que realizar papeleos burocráticos, pero jamás piensas que haciendo las cosas totalmente legales te pueden llevar a todo este injusto e ilegal camino de obstáculos que no lo aguanta cualquier persona, y es por eso que nos obligan a luchar, e investigar todas las corrupciones, negocios interiores y exteriores que se realizan ilegalmente en algunos consulados y no dejaremos de luchar por algo de lo que tenemos derecho como es el de vivir en familia, con quien libremente elijamos y donde libremente queramos hacerlo.

Como español me siento discriminado con el tratamiento que se me hace a mí, y el que se le hace a un familiar de un cubano que ha sido acogido en este país, donde se le facilitan los documentos en tiempo record mientras yo llevo 20 meses esperando por la resolución de un recurso con todo lo que eso conlleva, de pérdida de tiempo, de gasto de dinero, imposibilidad de tener hijos, desgaste psicológico, y mucha vergüenza de pertenecer a un país que trata como mercancía a sus ciudadanos.

Podría seguir comentando muchas más injusticias y puede que no sirva de nada pero puedo jurar y prometer que seguiré luchando, denunciando y molestando hasta conseguir lo que me corresponde por derecho.

Javier Hernández Delgado