Las declaraciones del portavoz de la Conferencia Episcopal, Martínez Camino, anunciando movilizaciones contra el aborto libre y la apertura a la investigación con embriones, han sentado muy mal en el Gobierno socialista.

 

De la Vega recuerda que el Estado español es aconfesional y tiene sus valores: "La Iglesia tiene los suyos, muy respetables, pero no puede tratar de imponerlos a los demás". Además, De la Vega cree que los conflictos se solucionan con el... ¡lo han adivinado!, el famoso diálogo: "La movilización no parece lo más razonable". Como se sabe, el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar ha dialogado con detalle estas reformas con las autoridades eclesiásticas y después del diálogo y el talante ha hecho lo que le ha parecido oportuno. Porque, como sabe muy bien cualquiera que tenga ordenada la cabeza, el diálogo no es un punto de llegada. Y el PSOE ha llegado a socavar el mismo Estado de Derecho desde el momento en el que el Gobierno se autoconvierte en decisor de vidas humanas.