Al final, parece que los de mi pueblo, Cajastur, se quedan con la Caja Castilla-La Mancha.

La primera en la frente: asegura el Banco de España que lo hará sin coste para el sector público. Sin coste futuro claro, una vez que con dinero público se ha saneado la entidad, para lo que se dispusieron 9.000 millones de euros aunque pueden haberse utilizado unos 1.500. ¿Sin coste para el erario público. ¿Seguro?

Más: dejemos a un lado, sólo por el momento, el detalle, la teoría, de que si un banco va mal lo que hay que hacer es dejarlo quebrar, juzgar a sus directivos por si hubiera responsabilidades penales y pagar a sus ahorradores lo que marca la ley: hasta un máximo de 100.000 euros.

Dejemos a un lado el matiz de que no se entiende muy bien eso de que Cajastur, allá al norte, se haga con la CCM, allí en el sur, para mantener ambas marcas comerciales. Todo indica que no se está buscando una fusión interregional como medio para sanear una caja sino como instrumento político para reducir el peso de las comunidades autónomas en las cajas de ahorros, para desligarlas de su adscripción regional o provincial y para, finalmente, convertirlas en sociedades anónimas. A mí no me gusta ninguna de esas cosas pero considero que quien quiera hacerlo debería modificar la normativa y no utilizar atajos peligrosos, espurios que diría Mariano Rubio.

Pero hay una tercera cuestión pendiente, la más olvidada. Con el sistema FROB, el fondo creado por el Gobierno Zapatero para resolver la crisis bancaria, se ha impuesto la arbitrariedad del Gobierno y del Banco de España. Al viejo Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) le han arrinconado -aunque utilizan sus fondos, mire usted por dónde-. ¿Cuál es la diferencia? Pues se ve muy clara en CCM. El FGD sólo actúa cuando se plantea una suspensión de pagos, es decir, lo que ahora llamamos concurso de acreedores. En pocas palabras, eso supone que entra en danza un juez que actúa como tal, es decir, que puede sentirse interesado por repasar la labor de Juan Pedro Hernández Moltó, ex presidente de la CCM; ex portavoz socialista en el Congreso, por si hubiese habido, bien negligencia, bien delito. Con el FROB, el señor Moltó -ya saben: señor Rubio: míreme a los ojos- puede dormir tranquilo.

¿Lo quieren más claro? El Gobierno Zapatero y el Banco de España pueden hacer lo que les venga en gana para ocultar comportamientos poco honrosos de gestores bancarios. Sobre todo si tienen el carné del partido. No digo que Moltó ha incurrido en irregularidades, aunque el agujero de la CCM es difícil de justificar: digo que si lo ha hecho no será reo mientras los demás, el resto de los españoles, seremos paganos.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com