Los catalanistas están empeñados en su campaña por la eliminación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Lo intentaron en Barcelona y fracasaron. El martes lo intentaron en el Congreso de Madrid y también pincharon en hueso. ¿Por qué tanto empeño de CiU en esta cuestión? En primer lugar, porque creen en ella: garantizar el ahorro familiar, etc. Pero es que además, los catalanistas temen que el gobierno pretenda subir el impuesto de Sucesiones y Donaciones para limitar la autonomía fiscal de las CCAA que lo han eliminado. De esta manera, el gobierno haría caso del discurso del conseller de Economía, Antonio Castells, quien considera que la autonomía fiscal le perjudica por la fuga de patrimonios y de contribuyentes y pide una armonización fiscal. Castells, quien siempre ha defendido la autonomía fiscal de Cataluña. Demandas asimétricas.
Por otra parte, Artur Mas reclama también que el gobierno rebaje el IRPF para las rentas más bajas de manera que estén algo más desahogadas para consumir y poder pagar la hipoteca. Se trata de limitar las elevadísimas cifras de morosidad. Lo que no se entiende es por qué Sánchez Llibre reclama a Zapatero una rebaja en el impuesto de Sociedades para aquellas empresas que creen o mantengan empleo. ¿Es que no se ha enterado que esa es una de las promesas de Zapatero?
