La ministra de Cultura, Carmen Calvo está empeñada en rebajar el IVA de libros, discos y prensa para facilitar el acceso generalizado a los bienes culturales. Por supuesto, se ha aprendido la lección y ya sabe que el IVA es un impuesto comunitario. Eso lo sabe todo el mundo, señala displicente. Todos, menos ella misma, que quiso ir por libre para señalar después que se trataba de reflexiones en voz alta. El gobierno del talante se suma a la reflexión. Manda huevos.

El caso es que siendo Calvo consciente de tratarse de un impuesto comunitario, trabaja en conjunto con otros países para eliminarlo de manera conjunta. Cuenta con el apoyo francés, que fueron los primeros en encabezar esta batalla. Casualidad de casualidades, también aquí seguimos los dictados de los vecinos franceses. Según señala Calvo la propuesta no cuenta con la oposición alemana ni italiana mientras que Gran Bretaña e Irlanda gozan de un régimen especial que les dispensa de ese impuesto.

Donde curiosamente encuentra más oposición Calvo es en el mismo gobierno Zapatero. Afirma que Solbes comparte el criterio porque se trata de una decisión de este gobierno. Sin embargo, reconoce que a todos los ministros de Economía les cuesta tomar una decisión de este estilo : son así. O sea, que digamos que Calvo y Solbes no se entienden muy bien, al menos en ese sentido. Incluso llega a afirmar que sería bueno que esos temas se debatieran no entre los ministros de Cultura de la Unión, sino en el mismo Ecofin. No obstante, se muestra esperanzada de que se demuestre que un IVA rebajado permita creación de empleo y de riqueza. En este sentido, Calvo y su homólogo francés, trabajan en la posibilidad de establecer una horquilla de flexibilidad nacional en el IVA comunitario.