La sentencia del Tribunal Supremo se conocerá en la segunda quincena de enero, tras un duro debate en la Sala

Con ello, se confirma el modelo sucesorio del Santander: Botín y Sáenz se marcharán al mismo tiempo y Ana Patricia ocuparía directamente la Presidencia.
Fuentes solventes del Banco Santander aseguran que Alfredo Sáenz no dimitirá de sus cargos de vicepresidente y consejero delegado del Grupo Santander, el cuarto banco del mundo y primero de España, tras la sentencia del Supremo sobre el caso Olabarría, que se espera para la segunda quincena del mes. Dicho de otra forma, en el Santander están convencidos de que la sentencia, sea totalmente o parcialmente exculpatoria, no inhabilitará al consejero delegado según las normas de buen gobierno corporativo.

La Sala del Supremo que juzga el caso Olabarría está compuesta por cinco magistrados y se reunió el pasado 22 de diciembre. Según fuentes jurídicas no hubo acuerdo sobre el redactado final, aunque se planeó un a modo de consenso sobre el dictamen definitivo.

El caso Olabarría Delclaux se remonta a los años en que Alfredo Sáenz se convirtió en presidente y reflotador de Banesto. Una empresa propiedad de Pedro Olabarría, Luis Fernando y José Ignacio Romero y Modesto González adeudaba a Banesto 3,6 millones de euros. La reclamación de la deuda por parte del banco terminó con tres de ellos en el calabozo por orden del juez Luis Pascual Estevill, de triste memoria.

Los cuatro socios denunciaron a cuatro directivos de Banesto, entre ellos a su presidente, Alfredo Sáenz. Hubo sentencias absolutorias -también en el propio Supremo- pero la Audiencia Provincial de Barcelona reabrió el sumario y terminó condenando a Sáenz a seis meses de cárcel, sentencia ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Barcelona. De ahí, vuelve al TS. Y ahora, si el Tribunal Supremo convirtiera esa sentencia en firme, el consejero delegado de la cuarta entidad financiera del mundo debería dimitir, propiciando, además, la apertura del peligroso melón sucesorio en Casa Botín, una perspectiva nada halagüeña para el cántabro que se ha entendido con Sáenz como con ningún otro colaborador directo.  

Además, lo previsto, al menos a fía de hoy, es que Botín y Sáenz se retiren al mismo tiempo y que el primogénito de Emilio Botín, Ana Patricia, hoy presidente de Santander en Reino Unido, sustituya a su padre como presidenta, no como consejera delegada. Los mercados no van a aceptar a padre e hija en el generalato de Boadilla del Monte.

En cualquier caso, en el Santander están convencidos de una sentencia absolutoria que despeje el futuro y mantenga el actual equipo directivo.

Eulogio López

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