¡Cómo puede concebirse una ley que cercene la vida naciente hasta el límite de reconocer un derecho al aborto. Si existe un derecho subjetivo es un derecho a nacer!

Alfredo Dagnino es letrado del Consejo de Estado. Un cuerpo con enorme tradición y prestigio jurídico. No hay ninguna institución mejor donde uno pueda formarse como jurista; hace un gran bien al Estado, más allá del Gobierno, señala. Soy testigo de su independencia. ¿Y cómo se explica el giro de 180 grados de alguno de los miembros de la Comisión Permanente? No lo sé, reconoce. Pero añade una crítica analítica sobre lo señalado en el informe. El dictamen del Consejo de Estado afirmaba que en el estado de la ciencia el origen de la ciencia no es pacífico. Yo creo que sí es pacífico: comienza en el momento de la concepción. Eso, tras recordar que en las deliberaciones constituyentes se redactó todos tienen derecho a la vida para incluir al nasciturus.
Por no recordar que el TC señaló en sentencia de 19 de abril de 1985 que es obligación del Estado proteger la vida humana naciente. La protección no es sólo a efectos de herencias, sino en lo más prioritario, que nazca; si puede suceder, qué más derecho puede haber que poder vivir. Por eso el jurista Dagnino sigue atónito ante el dictamen de su casa: ¡Cómo puede concebirse una ley que cercene la vida naciente hasta el límite de reconocer un derecho al aborto. Si existe un derecho subjetivo es un derecho a nacer!. Y no se puede encubrir en argumentos inaceptables como el derecho a la mujer -añade Dagnino- porque estamos hablando de una vida distinta. ¿Ha quedado tocado el prestigio del Consejo de Estado? Espero que no.