- O al menos, cuatro: para lesbianas, gays, transexuales y bisexuales.
- Y dos más para esos sexos tan antiguos que se hacen llamar hombre y mujer.
- Luego empezaremos con los animales. Evidente que tras iniciarse el proyecto Gran simio, debemos empezar a construir inodoros para gorilas.
- Abramos los retretes a la diferencia. Mismamente en Nueva York.
Quien aún albergue dudas sobre la demencia que aqueja al mundo, progresiva y generalizada es porque no lee Internet.
Bill de Blasio (
en la imagen), nuestro querido alcalde de Nueva York (capital de todo el mundo mundial), conocida como la Ciudad, ha dictaminado que los
retretes públicos serán, a partir de ahora
unisex. Una trampa farisea y lamentable, señor alcalde. Si quiere usted reconocer la diversidad está obligado a abrir los retretes a la diferencia o los excusados a la pluralidad social.
Lo que ocurre es que sabe que eso resulta más caro -exige más
inodoros- y no quiere estirarse: pedazo de rata, que cedes en la aplicación de
derechos civiles (el retrete un derecho civil de primer orden).
Lo lógico es esto: se deben establecer seis lavabos distintos: un para lesbianas, otro para gays, otro para transexuales y otro para bisexuales. Se me olvidaban los otros dos para deseos, géneros, o sexos, tan gringos conocidos como
hombre o mujer.
Pero eso sólo es el principio. A partir de ahí debemos evolucionar hacia los
300 tipos de retretes distintos. Y no olvidarnos a nuestros amigos alemanes, perdón,
animales. Del
Proyecto Simio se desprende que en todos los edificios públicos de la ciudad de Nueva York debe instalarse un retrete para gorilas. Quizás no abunden mucho en La Gran Manzana pero los derechos civiles no se miden por los beneficiarios. Es una cuestión de principios: un retrete para
gorilas, al lado mismo del váter del señor alcalde.
¿Qué estamos todos ya completamente locos? No, por ahora, sólo Bill de Blasio, alcalde de la Ciudad.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com