- Del periodismo, no de la prensa económica.
- A saber: no mojarse con las grandes empresas.
- También me preocupa la sumisión de la información a la comunicación.
- Apelar al rigor para esconder la verdad, y el consiguiente periodismo 'reaccionario'.
- Ya saben: Ninguna noticia puede darse por cierta hasta que es oficialmente desmentida por el Número 10.
Tres cosas me preocupan del
periodismo económico actual. Hablo de periodismo, no de prensa económica; de periodistas, no de editores. En este segundo caso, no hablaría de preocupaciones sino de
tragedias telúricas.
Lo primero, la escasa información corporativa. Hay mucho macro y poca micro. Poca información sobre grandes empresas, cada día más crecidas y más insufribles. Especialmente en las tertulias.
En el lenguaje escrito, sea vegetal o digital, es cierto, la gente es más seria pero aún así, se ha introducido esa
objetividad sospechosa al hablar de empresas, que la sombra de la connivencia, o del miedo, que es peor, se deja ver. Demasiado.
En segundo lugar,
me preocupa la sumisión de la información a la comunicación. Y ya saben lo que siempre exigen los comunicadores, los portavoces, los dircom, es decir, aquéllos a quienes pagan por defender la imagen de sus jefes y, en ocasiones, por mentir.
Ellos siempre solicitan rigor cuando lo cierto es que el rigor y la verdad
a veces no sólo no caminan parejos sino que el uno fagocita al otro (sí, los géneros masculino y femenino están empleados correctamente).
No hay que preguntarse si hay que optar entre el rigor y la verdad: siempre la verdad.
En tercer lugar, me preocupa mucho el
periodismo económico reaccionario. Se trata de una especie de
devoción a la empresa, hablo de aquellos periodistas que consideran que
una noticia no puede darse por cierta hasta que la empresa protagonista de la misma, o el órgano regulador correspondiente, no la anuncia. Así entramos en una especie de
periodismo reaccionario, que no lucha por la información primera ni por la exclusiva: la noticia le llega y
luego busca reacciones a la misma. Todo muy objetivo y muy profesional.
Ya saben que está es la técnica opuesta a lo que ironizaban los
periodistas británicos: "Ninguna noticia puede darse por cierta hasta que es desmentida oficialmente por el Número 10".
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com