- Y si hay conversión del corazón, es posible que la profecía no se cumpla.
- Tan tonto es creerse todas las voces proféticas como no creerse ninguna.
- Como decía Juan Pablo II, enarbolando un rosario: Menos curiosidad por el futuro y más rezar.
En 1980,
recién nombrado Papa, alguien preguntó a
Juan Pablo II (
en la imagen) por qué en 1960 no se hacía hecho público el
tercer secreto de Fátima. Esta fue la respuesta: "Muchos quieren creer por curiosidad y por gusto por el sensacionalismo pero olvidan que el saberlo comporta también una gran responsabilidad. Se busca satisfacer la propia curiosidad y esto es peligrosísimo si se está convencido de que nada se puede hacer contra el mal, si no se está dispuesto a hacer también alguna cosa".
En plata,
San Juan Pablo estaba hablando de que revelar el futuro puede ser motivo de desesperación.
Al fondo,
la idea madre para toda revelación privada o hecho extraordinario: las profecías no se han emitido para predecir sino para convertir. Y si hay conversión del corazón, es posible que la profecía no se cumpla.
Pero lo mejor viene ahora.
Juan Pablo II cerró su intervención enarbolando un rosario y afirmó. "
¡Aquí está el remedio! ¡Oren, oren y no hagas más preguntas".
Tan tonto es creerse todas las voces proféticas como
no creerse ninguna. Y en esta etapa terminal… especialmente.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com