Grecia. Renovando vencimientos… camino del manicomio
Decíamos ayer que el amigo Alexis Tsipras (en la imagen) es un peligro para Europa, no porque puede poner en jaque a los mercados financieros con su elevada deuda, sino porque representa la zarpa del neocomunismo: el viejo leninismo penetrando otra vez en Europa desde que fuera expulsado por dos hombres sin armas: Karol Wojtyla y Lech Walesa. Ahora reaparece como neocomunismo, pero estamos ante la misma y repugnante ingeniería social, con una sola diferencia: ya no hace la revolución sino que toma el poder por medios democráticos. Me temo que ha llegado el momento de Antonio Gramsci, que no había obtenido hasta ahora mucha cosecha.
Pero vamos con la economía griega. Sí, las deudas hay que pagarlas y Tsipras es un jetas. Ahora bien, con todo respeto, y me dedico a esto del periodismo económico, en bolsa invierte aquel que, una vez cubiertas sus necesidades primarias, se atreve a no llorar por sus pérdidas.
Aun así, no lo olviden, lo malo de Syriza no es que no pague su deuda: lo malo es que ha devuelto el viejo comunismo a Europa
La bonanza no se puede medir por la morosidad.
Eulogio López
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