Sr. Director:
Una de las consecuencias de las acciones del terrorismo yihadista ha sido reavivar los rescoldos de la islamofobia en España. Los musulmanes españoles, blanco de las agresiones islamófobas, han iniciado una corriente filoislámica, cuyo objetivo es difundir aquellos aspectos de su fe menos conocidos que son los que demuestran que el islam verdadero, el más espiritual, nada tiene que ver ni con la violencia ni con la política. De este modo quieren acabar con la islamofobia.
A raíz de los atentados del verano del 17 en Barcelona, Abdennour Prado, uno de los pensadores más relevantes entre los musulmanes españoles, explicaba en Facebook el significado de la palabra islam: indica el hecho de que todos estamos sometidos a Dios, de que somos criaturas contingentes dependientes de la fuente matriz de la existencia y no es el nombre de una religión histórica.
Estamos de acuerdo en que somos criaturas de Dios, pero somos criaturas libres, no sometidas. Dios nos ha entregado el don de la libertad porque Él mismo es la libertad suprema y respeta nuestra libertad de someternos a su voluntad o no. J. B. Sleiman, arzobispo de Bagdad, su libro En la trampa iraquí, explica las consecuencias que tiene en la sociedad iraquí esta idea del hombre sometido. En una sociedad civil administrada por los principios de la sharia islámica y que conserva una estructura tribal vertical, no emerge la persona como libertad. Y, a pesar de que existe la libertad de culto, no existe «la libertad de conciencia, que es un concepto prácticamente desconocido en el mundo árabo-islámico».