La dignidad ofendida
ante pasiones desatadas,
de los pecados consecuencia,
Dios, silencio guarda.
Ante dolores y desdichas,
que los hombres se producen,
y quienes las padecen claman,
Dios, silencio guarda.
No es de ira, ni desprecio,
ni de vacío interior.
Es de respeto y paciencia,
con la libertad del hombre.
Es fortaleza, es de Amor,
es, el silencio de Dios
J. R. Pablos