Sr. Director:
En los últimos años debemos contemplar dos aspectos sociales de gran relevancia que influyen en los adolescentes, y normalmente para mal. Por un lado, la influencia de las redes sociales, y por otro lado la frecuencia de familias rotas.
“Para algunos adolescentes, la posibilidad de contactar con sus amigos y estar conectado con ellos en todo momento y en cualquier sitio no sólo es cómodo sino necesario. Este uso intenso de los medios sociales digitales, conocido por ser típico de la adolescencia, refuerza el sentimiento de estar en consonancia con su generación” (p. 37). Y esta necesidad creada en solo los últimos 15 años no deja de preocupar, porque lo que puede ser un canal de amistad, es indudable que lo es también de pérdidas ingentes de tiempo y de riesgos evidentes de transmitir contenidos muchas veces dañinos.
Los jóvenes de estas edades necesitan la amistad de sus padres. No es fácil y el problema surge sobre todo en la falta de dedicación de tiempo y, a veces, en la falta de empatía. Si los padres se acercan a los hijos solo para exigir o regañar, no hay nada que hacer. Pero con tiempo, con dedicación de esos ratos tranquilos que debe haber en los hogares, se consigue mucho. Y claro, en el momento en que el matrimonio se rompe, se rompen muchas cosas importantes en la educación de los hijos, especialmente de los adolescentes.
Es este, sin duda, un aspecto, de gran utilidad para padres con hijos en esa edad, o que llegarán pronto.