Últimamente en España está de moda el ataque dialéctico y el pim-pam-pum contra todo y contra todos.
Contra las instituciones, contra los políticos y ahora le ha tocado al Rey. Es cierto que la Casa Real ha cometido errores y deben corregirse pero es absurdo no reconocer su utilidad. Las monarquías aportan a un país una gran estabilidad política al no cambiar cada cuatro años de Jefe de Estado.
Y además, el Rey, al no pertenecer a ningún partido, aporta un plus de imparcialidad y consenso entre todos. No es casualidad que de los diez países más prósperos del mundo siete sean monarquías.
Sólo hay que comparar con la inestabilidad política de repúblicas de nuestra misma latitud como Grecia o Italia. ¿Eso es lo que algunos quieren para España La actual marea populista es una aventura a ninguna parte donde sobra demagogia y falta un mínimo de sensatez.
Teresa Lozano