- La inversión fallida de 900 millones de euros en Rioforte, del Grupo Espirito Santo, ha sido el desencadenante de la situación.
- Y la salida de Zenial Bava, presidente de Oi, la matriz de Portugal Telecom, podría acelerar la desaparición definitiva de la operadora lusa.
- El candidato mejor posicionado para hacerse con Portugal Telecom es el fondo Altice, aunque no cuenta con el apoyo del sindicato mayoritario de la teleco.
De liderar un gigante de las telecomunicaciones, con más de 100 millones de clientes, a desaparecer definitivamente del mercado. Ese es el futuro más que probable de Portugal Telecom. Efectivamente, el problema de la operadora lusa ya no es si compra o vende tal activo, sino su propia existencia. Y las circunstancias actuales no invitan al optimismo.
Toda esta situación tiene su origen en la compra del 25% de la operadora brasileña Oi por parte de Portugal Telecom, en 2013, y el posterior proceso de fusión entre ambas compañías. El objetivo del entonces presidente de PT y de Oi, Zenial Bava, era convertir a la teleco portuguesa en una operadora global, líder del mundo lusofono.
Pero todo se vino abajo tras conocerse en julio de este año, que Rioforte -sociedad de inversión del Grupo Espirito Santo- no podía devolver la deuda de 900 millones de euros que poseía con Portugal Telecom. Como consecuencia, la posición de la teleco lusa quedó muy debilitada. En otras palabras, su futuro quedó en manos de la brasileña, todavía liderada por Bava, que ha intentado evitar, hasta el último momento, la venta de Portugal Telecom.
Pero los planes de Oi no son los mismos. De hecho, la salida definitiva de Bava de la operadora brasileña, el pasado 8 de octubre, despeja el camino para el futuro de la teleco. Hablamos, concretamente, de la venta, por parte de Oi, de PT, con un doble objetivo: disminuir la deuda de la brasileña, que alcanza los 14.000 millones de euros, y realizar una oferta por TIM Brasil, la filial de Telecom Italia, o facilitar que la italiana se haga con la brasileña.
Altice, el fondo francés, con sede en Luxemburgo presidido por Patrick Drahi (en la imagen), es el mejor posicionado para hacerse con PT, por la que habría ofrecido 2.600 millones de euros. Sin embargo, la operación despierta recelos, especialmente en el seno de la compañía lusa. Concretamente, en el presidente del sindicato de la operadora, Jorge Félix, que ya ha mostrado su deseo de que sea otra teleco -Telefónica o Vodafone- la que finalmente se quede con PT. Según Félix, se perderían menos puestos de trabajo.
En cualquier caso, tanto el Gobierno como ex directivos de la compañía y el propio líder del sindicato, dan por hecho que el futuro más probable de PT es su desaparición.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com