En la guerra entre distribuidores y proveedores una nueva batalla por los precios enfrenta a Pascual y Alcampo. La cuestión es la siguiente: los hipermercados suelen utilizar los productos con prestigio y con marca para atraer a sus clientes. Lo hacen bajando los precios incluso hasta el límite que permite la ley, es decir, sin obtener margen. Así, los clientes acuden atraídos por la oferta, pero compran también otros productos, donde el hipermercado obtiene márgenes suficientes para compensar lo que no gana bajando los precios de ciertos productos.
Si Alcampo obtiene margen o no es algo que, en principio, no debería preocupar a Pascual. Sin embargo, la consecuencia es que el resto de distribuidores está atento a los precios de sus competidores y a quienes presionan es a los proveedores para que bajen sus precios.
De ahí que el último capítulo (por ahora) de esta guerra es la denuncia por parte de Alcampo contra Pascual, a quienes acusan de intentar fijar un precio mínimo, prohibido por la ley. La cadena de hipermercados ha llegado a colocar un cartel en uno de sus centros en los que pedía disculpas a sus clientes por no disponer de leche Pascual debido al intento de fijar precio mínimo. El caso podría acabar en manos de Competencia.
Mariano Tomás
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