Según el ex-presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach, un hipotético estado catalán sería muy moderno, muy avanzado y no sé cuantas más cualidades positivas.
A mí tanta propaganda soberanista con que nos bombardean a los catalanes me acaba sonando al cuento de la lechera y me huelo que algunos -la élite política catalana- lo único que pretenden es quedarse con todo el poder a costa de vendernos el país de las mil maravillas.
En todo caso, me surge una pregunta para el señor Benach, conocido, por cierto, por su escasa austeridad y su gusto por los coches de alta gama. No sé si en ese estado catalán los ex-presidentes del parlamento seguirán cobrando 100.000 euros anuales durante cuatro años, sin necesidad de trabajar ni hacer nada.
Y posteriormente disfrutarán de una paga de 80.000 euros para toda la vida a costa de los impuestos de los ciudadanos. Es para saber si ese estado catalán tan super-guay-chuli-piruli sería tan socialmente justo como nos anuncia su profeta, Ernest Benach.
Francisco Gombau