El 7 de julio, la ministra de Sanidad, señorita Trinidad Jiménez, visitó al Presidente del Patronato Juan XXIII, con el testigo de la televisión. El presidente, tras agradecerle su gesto, le espetó: Digo y ratifico que el aborto no es un derecho, y ella le respondió: Bueno, es una opinión; como todo, es respetable.
Yo siempre he enseñado, a mis alumnos, que todos son respetables; pero que no todo es respetable, pues hay acciones humanas reprobables. Ni siquiera en la nueva ley de aborto se presenta éste como un derecho. La ley de aborto libre ha puesto en jaque a buena parte de la sociedad española, pues, además de desproteger al niño no nacido (nonato), no ampara a la madre, que carga con las secuelas físicas y psicológicas del aborto.
Por cierto, Srta. Jiménez, ¿cuándo va a publicar, el Ministerio de Sanidad, un estudio sobre el síndrome post-aborto? Existen varios. Se necesita una ley de apoyo a las embarazadas en situación desfavorable, no una ley de protección jurídica de las clínicas abortivas como la nueva ley de aborto. Eso sí sería progresista.
Josefa Romo