El problema de la libertad religiosa es hoy la cuestión más acuciante respeto a la vulneración de las libertades y de los derechos fundamentales.
Especialmente grave, según el decir de destacados, imparciales y acreditados analistas, es la persecución contra quienes confiesan la fe cristiana. Son millones, aunque pueda parecer lo contrario, los cristianos que están sufriendo la intolerancia y las violaciones continuas del ejercicio de su libertad religiosa en todo el mundo. Todos los esfuerzos en favor de un orden internacional justo y solidario; todos los esfuerzos que, después de las Guerras Mundiales, se han dedicado a la construcción de la paz están siendo amenazados por el brote de las ideologías y de la violencia contra el ejercicio público de la confesión de la fe. Los abusos que se están produciendo, hasta en nuestro propio país -una democracia occidental-, son inadmisibles en el siglo XXI. La sociedad civil no debería quedar al margen de lo que también fundamenta su posibilidad de existencia.
Jesús D Mez Madrid