• El principal accionista de la constructora española acepta este espejismo contable para internacionalizar el balance y mejorar la posición de deuda.
  • Se mantendrían las dos marcas, las tres, para evitar sensibilidades germanas.
  • La operación no deja de ser un enjuague contable para asegurar la salida de Iberdrola con una operación entre matriz y filial.
  • Florentino Pérez continuaría como presidente.
  • Sigue pendiente el control de la filial australiana Leighton.

Los March están cogidos en ACS, cuya cotización ha caído en picado durante los últimos meses, aunque durante las últimas jornadas se esté despabilando a marchas forzadas. Tampoco pueden forzar la salida de Florentino Pérez (en la imagen) y ya no les interesa colocarles un consejero delegado. Eso sí, han impuesto el abandono definitivo de Iberdrola, lo que va a salir muy caro.

Y lo que sí han aceptado es que ACS se fusione con su filial alemana Hochtief. No deja de ser un enjuague contable aunque, según los March, mejorara la imagen internacional de ACS, además de presentar un semblante más risueño cara a la gestión de la deuda del Grupo.

Habrá que ver lo que dicen los alemanes pero, por el momento, se mantendrán las tres marcas: la española ACS, la alemana Hochtief y la australiana Leighton. Por cierto, ésta última está fuera de control, más que nada porque los australianos no hacen ni caso a la matriz alemana y a la aún más lejana matriz española, pero ya lo ven.

Y sí, Florentino seguirá como presidente. Entre otras cosas porque el principal problema de ACS es reducir el apalancamiento, el de la compañía y de los de los principales socios de la misma.

Eso sí, pura casualidad, cuando han surgido los primeros rumores de fusión, ACS se ha disparado en bolsa, muy por encima del IBEX.

En resumen, si tomamos distancia, Florentino Pérez habrá perdido en Iberdrola todo lo que ganó con su pelotazo en Unión Fenosa.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com