Insisto: no podemos dejar tirados a quienes se juegan su carrera o su vida por coherencia cristiana y por coherencia con la Ley Natural.
El Juez Fernando Ferrín lo hizo y ahora necesitamos rascarnos el bolsillo para que pueda pagar los 100.000 euros que le exige el Gobierno, empeñado en verle fuera de la circulación y, a ser posible, en la ruina.
Peor no es el único caso. Cuenta el periodista argentino Pablo Caruso, en la COPE, la persecución que sufre la senadora argentina Liliana Negre de Alonso ha sido insultada, ninguneados, ofendida, infamada y calumniada por defender una singularidad tremenda: que el matrimonio es eso que forman un hombre y una mujer. Su oposición al homomonio le ha servido para resultar una apestada y para dar por finiquitada su carrera política.
Pues bien, ni a Fernando Ferrín ni a Liliana Negre se les puede dejar solos.
Eulogio López
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