La jaula de grillos en que se ha convertido el PSOE tras el 11-M ha llevado al Partido a realizar una discreta 'encuesta' a las grandes empresas españolas sobre quién verían como mejor candidato para presidir al Gobierno. En principio entre Rubalcaba y Chacón pero abierto a otros posibilidades.
Pues bien, el resultado del discreto sondeo ha concluido con una victoria apabullante del vicepresidente frente a la ministra de Defensa, quien pasó una mañana del jueves algo agitada. A primera hora aseguraba que no iba hablar y que todo se resolvería en el Comité Federal convocado para el sábado. Una hora después convocaba rueda de prensa en la sede central del PSOE, en la calle Ferraz para asegurar que se retiraba. Eso sí, su decisión ha sido "autónoma", sin ningún tipo de presión por parte de la gente de su partido. Pero su gesto de mal contenido disgusto y su timbre de voz mucho más nervioso de lo habitual, daban a entender que no parece que haya sido tan autónoma. Gracias a su renuncia, el PSOE podrá seguir hablando de ser "muy democrático", pero ¿qué diferencia existe entre señalar al candidato y presionar para que otros candidatos a primarias no se presenten? Es lógico por lo tanto que Chacón renuncie, después de que Rubalcaba diera un ultimátum y exigiera la dimisión. No obstante, la ministra dejaba caer sutilmente su crítica por los ataques de Rubalcaba y quienes pedían un Congreso Federal cuestionando la autoridad del presidente del Gobierno.
De esta forma, con un solo candidato, el PSOE se evita las primarias y hasta es posible que también el Congreso extraordinario, pero eso sí, don Alfredo no consigue su objetivo último: que Zapatero le ceda la Presidencia ya mismo.
Por contra el presidente del Gobierno incluso acepta que sea su segundo quien dirija el Ejecutivo, pero él terminará la legislatura y seguirá figurando en la escena internacional como el presidente de todos los españoles.
En cualquier caso, la opinión de los grandes empresarios ha sido determinante y demuestra la influencia que el gran capitalismo tiene en un partido que se apellida socialista.
No sólo eso, sino que, convenientemente instruido por el Consejo Empresarial para la Competitividad, que agrupa a las 17 mayores empresas del país, el presidente de la patronal CEOE, Joan Rosell ya ha dejado claro ante sindicatos y Gobierno que la reforma laboral debe pasar por un despido con 20 días de indemnización hasta un plazo máximo de un año.
¿Es el Gobierno de los grandes de la economía? Posiblemente.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com