Deben de estar muy preocupados en el diario ABC con la unión de la extrema derecha. Una portada a todo trapo, por cierto cogida por los pelos, y tres artículos seguidos de Luis Ignacio Parada, uno de sus columnistas más estancados, dan que pensar. La tesis del ABC es que Alternativa Española, Falange y Democracia Nacional estarían planeando una coalición electoral.
No es cierto, pero trata de ponerse la venda antes de la herida y de proteger al Partido Popular, sumido en una de las crisis profundas desde su constitución y, demás, se trata de ahondar en una de las tesis que los conservadores españoles pusieron en marcha con José María Aznar y que mejor resultado les está ofreciendo. Se trataba de una tesis-trampa, por la que se venía a concluir que todo aquel que se moviera en los que se llamaba derecha tradicional más por tradicional que por derecha- y que no fuera el Partido Popular, era ultraderecha. Así ocurrió con el PADE hoy ya absorbido por el PP- con Familia y Vida, el Parido Social Europeo, etc. Esto representaba una excusa genial para terminar, especialmente, con cualquier formación política que pudiera sacare los colores al PP. Y así, la etapa de Aznar ha convertido a España en el paraíso mundial del aborto, iniciado la época de la manipulación genética nazi, despreciado a la familia natural, y descristianizado el país. Como alguien dijo, Aznar nos colocó al borde del abismo y Zapatero nos empujó hacia adelante.
Así, metiendo a todos aquellos que defendían una serie de valores bao el anagrama ultraderecha la cosa ha funcionado. Sólo que con la pérdida del PP comenzó la crisis. A día de hoy, (ver Confidencial de Hispanidad) en el Partido Popular han reaparecido las navajas. La crisis es profunda, con lo que no pueden permitirse perder ni un sólo voto. Y así, el ABC está llamando extrema derecha a todo un porcentaje, amplio porcentaje, de la población española, que está harta de la cobardía del Partido Popular y su centro reformismo. Gente que ya no soporta votar el mal menor. Es un buen momento, el mejor para que surja una coalición de partidos cada uno defendiendo su identidad- que aliente unos principios cristianos en la acción política, esos principios que Benedicto XVI considera irrenunciables: vida, familia y libre enseñanza, a los que podríamos apuntar alguno más. La ocasión es propicia, por cuanto los socialistas siguen enredados en su Cristofobia.
Por tanto, no es la unión de la ultraderecha, sino un sistema a la italiana: muchos partidos, con todas sus diferencias, unidos bajo un paraguas común, una coalición donde, por encima de todas la divisiones, se plantea una estrategia común. Eso es lo que tanto teme el PP, el ABC y la llamada derecha conservadora española. Entre otras cosas, porque sabe que muchos de esos principios cristianos de derechas no tienen nada, especialmente en materias como la justicia social, la inmigración, etc.
Eulogio López