Tras comprar las filiales norteamericanas de BellSouth, el grupo Telefónica cerró el ejercicio 2004 con 122 millones de clientes en todo el mundo. Esto, más que el 30% de aumento del beneficio, es lo mejor de todo el ejercicio, y que casi obliga a la operadora española a comprar nuevas compañías, por ejemplo en Turquía o en Estados Unidos.
La parte negativa es que los móviles, la joya de la corona, el negocio de más amplio margen, comienza a flaquear. VIVO, la filial brasileña, compartida por Portugal Telecom, cerró con pérdidas, porque la competencia se está poniendo muy dura también en los mercados liberalizados.
Al mismo tiempo, la deuda ha ascendido a 1.746 millones de euros, nada preocupante pero no convendría tomárselo a broma. Las agencias de riesgo ya empiezan a observar con malos ojos a la principal empresa del país.
Por otra parte, la banda ancha sigue mostrando un crecimiento aceptable en Iberoamérica, pero el margen es cada vez más escaso.
El beneficio crece un 30% y el accionista estaría bien dividendado. Endemol obtiene beneficios, y es un candidato a ser vendido, al igual que los medios iberoamericanos. En resumen, las cuentas de Telefónica en 2004 dan a entender que 2005 puede ser el año del salto corporativo.
Por cierto, el ERE 2003-2007 se ha llevado, en 2004, unos 400 millones de euros. ¿Realmente merece la pena prejubilar a ese precio?