Sr. Director:
Las relaciones entre países vecinos siempre han sido problemáticas, pero ningún país se ha entregado sin lucha a su país vecino cuando además éste es un claro enemigo.
El caso de España y Marruecos es verdaderamente estremecedor pues éste último, país de Gobierno corrupto e inhumano, está ejerciendo un extraño influjo sobre nuestro país, enturbiándolo todo y en especial sobre nuestro gobierno. Omitiré las más que presuntas implicaciones de Marruecos en el holocausto del 11 de marzo y me ceñiré a la no tan lenta, dramática y tristemente consentida, invasión de las españolísimas ciudades de Ceuta y Melilla.
Esta penetración diaria en nuestros territorios está alentada por Marruecos con la complacencia de un Gobierno Español descastado, que deja en el abandono más absoluto a dos ciudades puramente españolas. La actuación de Marruecos me parece inteligente y lógica, dentro de su dinámica e inhumana política, pero la sumisión intolerable del Gobierno de Rodríguez Zapatero a ésta actuación del vecino raya en la alta traición.
Mientras dos ciudades españolas son invadidas diariamente, nuestro Ejército se halla de mil sitios distintos y distantes, haciendo tareas ajenas a la defensa de la Patria y de sus fronteras; cometido principal de un ejército.
César Botey Jiménez
botey@eresmas.com