- La patronal ha pedido la retirada del Real Decreto-Ley: la medida no fue consultada, mina la competitividad empresarial y pone en riesgo la incipiente recuperación.
- Pero el Gobierno responde, por boca de su secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, destacando la importancia de la 'competitividad' de la economía española.
- Subir las cotizaciones complica subir los sueldos, que en España se referencian a los míseros 645 euros al mes del SMI.
Este miércoles, las juntas directivas y los comités ejecutivos de CEOE y Cepyme acordaron pedir al Gobierno la retirada del decreto que eleva las cotizaciones a la Seguridad Social de empresarios y trabajadores desde el 1 de enero y que añade como computables en la base de cotización retribuciones en especie que hasta ahora estaban exentas o sólo computaban en determinado porcentaje, como los vales de comida, las dietas de transporte, las ayudas para guardería, los planes de pensiones, las stock options, las donaciones promocionales o los seguros médicos privados.
Algunos altos directivos de la organización empresarial elevaban el sobrecoste en cotizaciones por encima de los 1.400 millones de euros, muy superior a los 900 millones anuales que había calculado el Ministerio de Empleo.
Pero es que, recientemente, la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) también se quejó por la subida en la cotización de los autónomos, que pasarán de pagar (los que cotizan por la base mínima) de 256,72 euros al mes a 261,83 euros al mes; o lo que es lo mismo, 61,11 euros más al año (esta medida afectará a unos 2,4 millones de personas ya que más del 82% de los autónomos cotizan actualmente por la base mínima).
Pues bien: el Gobierno, lejos de quedarse callado, ha respondido este jueves a los empresarios por boca del secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos (en la imagen) quien ha dicho que la competitividad de la economía española "no se basa" en que los empresarios puedan retribuir a los trabajadores con vales de comida.
Burgos también ha explicado que se trata de una decisión "absolutamente inevitable" si se quiere tener un sistema de protección "sólido". Y ha añadido: "Hay empresas que son perfectamente conscientes de que se ha competido deslealmente recurriendo a estas prácticas. La cotización es un elemento clave del sistema de la Seguridad Social y no puede acabar dependiendo de que una empresa tenga la capacidad suficiente para construirse una cotización a la carta. No nos valen las cotizaciones a la carta", ha enfatizado Burgos.
El secretario de Estado ha señalado que esta medida beneficia a corto plazo a los trabajadores con sueldos medios y bajos, ya que "una mínima aportación en su base de cotización incrementará su protección social". "No creo que nadie cambie su protección social por tickets restaurante", ha concluido Burgos.
Pero, al parecer, al Gobierno lo único que le importa es la 'competitividad', basada en subir las cuotas sociales pero no en subir los sueldos. Es decir, a los sueldos dignos, que les den. Pero los sueldos dignos son la base de la justicia social. Y si se bajasen las cuotas, las empresas tendrían más fácil subir los salarios, medida que a su vez repercutiría en un mayor consumo, más recaudación por IVA, etc.
Como explica la Doctrina Social de la Iglesia, "el trabajo debe ser remunerado de tal modo que se den al hombre posibilidades de que él y los suyos vivan dignamente su vida material, social, cultural y espiritual, teniendo en cuenta la tarea y la productividad de cada uno, así como las condiciones de la empresa y el bien común" (Gaudium et spes, 67).
Como el Gobierno ha decidido, además, dejar el SMI -al que se referencian muchos salarios en España- en los 645 euros mensuales, cabe preguntarse: con esos 645 euros mensuales, ¿de verdad se le dan al trabajador posibilidades de que él y los suyos vivan dignamente su vida material, social, cultural y espiritual
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com