Sr. Director:

Quiero hacer un anuncio público: Mi mujer y yo hemos decidido que el hijo que estamos esperando para julio, si nace rubio y con las orejas un poco grandes, como su padre nació, le vamos a devolver porque no nos gustará el producto final para el que llevamos esperando 9 meses intensos de alegrías, emociones de notar a tu hijo moverse, ver latir su corazón en un ecografía, elegir su habitación, ordenar su ropa minúscula, etc...

A lo mejor, algún lector está diciendo "qué disparate dice ese hombre". Pues esto mismo es a lo que nos quiere llevar nuestro actual Gobierno con la ampliación del aborto, fecundación ‘in vitro' y la adopción por parte de homosexuales. A ver si nos enteramos de una vez: un niño no es un DVD, o un coche, o una Playstation, es un futuro hombre que tiene sentimientos, que llora, ríe, duerme, come, etc... Por lo tanto, pretender reducir a un ser tan maravilloso a un mero objeto es una aberración.

El aborto es lo más cómodo para no crear problemas, es como el lema "si no queda satisfecho le devolvemos su dinero", si le viene mal el embarazo ahora, aborte y le devolvemos su tranquilidad anterior.

Si quiere tener un hijo perfecto para que pueda salvar a su otro hijo enfermo, no se preocupe lo vamos seleccionando entre 48 embriones, a los otros dejamos que deje de latir su corazón (eso se llama morir, por lo tanto, para morir hay que vivir antes) y así saldrá un hijo muy mono que usted utilizará para salvar a su otro hijo enfermo, algo loable si no fuese por lo que he dicho anteriormente.

Y de la adopción de homosexuales, ¿alguien se cree esos estudios en los que con una muestra de 250 personas se demuestra que los niños que viven con homosexuales no tienen problemas y expandir esa teoría a toda España? Un total de 250 personas sobre 40 millones de españoles, creo que no refleja, ni por asomo, lo que es la realidad. Y qué hará ese niño o niña con dos padres o dos madres cuando el novio la deje por otra y sus dos padres no la entiendan, o en el caso del niño cuando quiera buscar consejo profesional y sus dos madres no sepan contestar o no entiendan por qué tanto problema sólo por un trabajo.

Esta sociedad se está destruyendo a sí misma reduciendo todo a objetos de consumo, el sexo (hoy tenemos un estudio que afirma que los niños de 20 años ya están cansados de el), los niños, el matrimonio.

No juguemos a ser Dios, porque aunque Él perdona siempre y el hombre a veces, la naturaleza no perdona nunca y todo esto es ir contra nuestra propia naturaleza.

Ángel Cervera

acerveragil@terra.es