El diario Cinco Días asegura en su edición del martes que el segundo borrador sobre fondos inmobiliarios REIT ha sido bien acogida por el sector inmobiliario, dado que se prometen más rebajas fiscales. Es lógico, dado que en el primer borrador, los verdaderos beneficiados de la bonanza fiscal son los bancos, es decir, las gestoras de fondos REIT. También deben beneficiarse las empresas promotoras.
Ahora bien, lo vergonzoso es que el Gobierno Zapatero haya olvidado el sentido último de los REIT es la construcción de viviendas sociales, baratas, ya sea para venta o en régimen de alquiler, como es el caso español. En otras palabras: el Estado ofrece a los promotores e inversores una exención prácticamente total en el impuesto de sociedades o en la fiscalidad del ahorro a cambio de que se comprometan a poner pisos en el mercado a precio tasado, es decir, viviendas sociales para las clases menos favorecidas.
Tanto es así que lo que esperaban los promotores era justamente eso: un límite máximo de precio por metro cuadrado a cambio de exenciones fiscales. Pues bien, para sorpresa de todos, el Gobierno Zapatero -ni en el primer borrador ni en el segundo, se refiere a la obligación de poner en el mercado viviendas a bajo precio.
Es lo que suele ocurrir cuando la norma no la hace Vivienda, sino Hacienda.